- Área: 924 m²
- Año: 2021
-
Fotografías:JAG studio
-
Proveedores: AutoDesk, Briggs, Eliane, Graiman, IPAC, Netto, Pinót, Trimble
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Edificio Goya fue el primer proyecto inmobiliario de BEarq, trabajado con las firmas BUDA y DOSarq, donde además del desarrollo técnico del proyecto se diseñó una estructura sostenible para el emprendimiento; esta condición comercial obliga responder a un usuario anónimo que viene familiarizado con una arquitectura local ecléctica, fruto de la importación acumulada de caducos estilos extranjeros, naturalizados de alguna manera con la yuxtaposición de volúmenes sobre la modesta arquitectura tradicional lojana, representada principalmente por la casa patio colonial, tipología que pronto se constituiría en el referente inmediato del proyecto, reclamando para nosotros tres recursos: El volumen como materialización de la memoria, el patio como articulador del espacio y la honestidad del material.
El proyecto se emplaza sobre la cordillera Oriental de Loja, en una vecindad residencial poco densificada; la disposición del terreno con pendiente negativa próxima al 40% favorece el soleamiento y visuales hacia poniente, a la vez que sugiere un trabajo volumétrico capaz de absorber el declive natural. Se proyectan dos torres con cotas que responden a la topografía, estos dos bloques generan un vacío central donde se ha dispuesto la circulación vertical y que se constituye en el organizador del espacio público; anexo a este, los espacios comunes se ramifican entre los diferentes niveles del edificio construyendo nuevos vacíos para el encuentro público, una relectura conceptual del patio; ya en el espacio privado, se agrupan los cuartos de servicio adosados al espacio público y paralelos al eje único de circulación, desplazando los espacios habitables hacia el perímetro este-oeste.
El edificio tenía que constituirse en una suerte de tributo a la obra del pintor español Francisco de Goya, para lo que se propone una (re) lectura de las majas sobre el mural de ingreso al condominio, recurso preliminar al claro-obscuro logrado en los componentes formales del edificio, donde procuramos conseguir contrastes válidos que resalten los volúmenes; dos únicos paralelepípedos regulares de ladrillo rematados con la tradicional cubierta a dos aguas, y que descansan sobre un basamento que igual a los vacíos de fachada ha sido trabajados en negro; se estudia la proporción más adecuada para conseguir dar escala humana al edificio, necesaria para acompañar la memoria que pretende el volumen.
El proyecto respeta la honestidad del material, la estructura de acero fue pre-modulada en talleres y montada sobre las bases de hormigón armado trabajado en sitio; el sistema de mamposterías perimetrales se resuelve con ladrillo cerámico de las canteras próximas a la ciudad, Malacatos, Catamayo y Susudel, dispuestas de acuerdo a la compatibilidad del revestimiento con cada arcilla; finalmente el paisaje se constuirá en el material protagonista del proyecto, utilizando la arquitectura como marco y ajustando las perspectivas a la escala del observador.